Cuando hemos desarrollado un proyecto específicamente de un producto alimenticio y estamos en la fase de lanzamiento al mercado, se debe etiquetar el producto con la fecha de caducidad o la fecha de consumo preferente. Estamos obligados a establecer la vida comercial de nuestro producto.

Existen algunos métodos para calcular la vida útil de nuestro producto alimenticio. La vida útil de un producto alimenticio es el espacio de tiempo en el cual aún conserva una calidad óptima, siempre y cuando estén garantizadas las condiciones de conservación que revela la etiqueta. La vida útil obedece a las características inherentes de un alimento y a las técnicas de conserva del producto.

Para determinar cuanto tiempo un producto puede mantener sus propiedades y calidad es necesario realizarle un estudio de vida útil desde el momento en que el usuario abre el recipiente o envase. Existen normas para certificar la ausencia de peligros microbiológicos e identificar variaciones sensoriales en ciertos alimentos.

Algunas técnicas para calcular la vida útil de productos alimenticios:

1.- Test de Oxidación

Este es un método de última generación y para la seguridad alimentaria, el cual aporta datos sobre el nivel de oxidación de los alimentos con gran contenido de grasa. Podría ser en galletas, panes, frutos secos, pastas, etc. Uno de los factores que intervienen en la descomposición, deterioro y vida útil de los ácidos grasos es la autoxidación. La estabilidad oxidativa de las grasas aporta datos para determinar la resistencia de un alimento a los agentes oxidantes, los cuales inducen a un sabor a rancio.

2.- Test acelerados de vida útil:

Estos predicen el comportamiento de un producto y pronostican su progreso en condiciones usuales de almacenamiento y comercialización. Sirven para disminuir los costos, o sea minimiza el retorno de productos, reduce también el detrimento de la imagen de la empresa y pronostica las debilidades del producto para prolongar la vida comercial de nuestro producto.

3.- Estudios de supervivencia:

Este estudio esta basado en el juicio que tienen de nuestro producto los consumidores, haciendo encuestas y tests sensoriales acerca de si los clientes potenciales consumirían el producto o no, ofreciéndoles de un mismo producto muestras almacenadas y muestras de reciente fabricación. La opinión del consumidor es la clave en estos estudios.

Diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente:

La fecha de caducidad es la fecha a partir de la cual un producto ya no es idóneo para su consumo y sería perjudicial para la salud. Esta fecha se determina con estudios microbiológicos.
La fecha de consumo preferente es la fecha en la que las propiedades organolépticas y físico-químicas de nuestro producto como sabor, olor, color y estructura ya no son las mismas y son distinguidas por el consumidor.